domingo, 22 de julio de 2012

Plantón de solidaridad con los familiares del Caso Santa y en rechazo a la rebaja de condena al Grupo Colina


Tras conocerse la SENTENCIA dada por la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema que preside Javier Villa Stein, en la que  decidieron por unanimidad reducir las condenas a los miembros del Grupo Colina;  condenados a prisión efectiva  por la comisón de crímenes de lesa humanidad  de los casos  Barrios Altos, El Santa y del periodista Pedro Yauri, los familiares de las victimas del Santa  y la Comisión de Justicia Social, manifiestan su INDIGNACIÓN y RECHAZO al fallo por considerarla  un retroceso y atropello al derecho a la justicia de los familiares de las victimas.

Para manifestar nuestro  rechazo a la IMPUNIDAD, invitamos a la ciudadanía, organizaciones e instituciones a participar del acto público denominado: Plantón de solidaridad con los familiares del Caso Santa y en rechazo a la rebaja de condena al Grupo Colina, que se llevará a cabo este lunes 23 de  julio, a las 11.00 a.m., en la Berma Central de la Plaza de Armas de nuestra ciudad.


¡No a la Impunidad!
¡Exigimos Justicia y Reparación!

Familiares del Caso Santa
Comisión de Justicia Social

lunes, 16 de julio de 2012

Mensaje por el Día de Solidaridad con la Persona Encarcelada 2012



Las condiciones en que viven las personas encarceladas en el Perú son contrarias a su dignidad de personas, dignidad que no debe perderse por ninguna circunstancia en la vida, pues nos pertenece por ser hijos e hijas de Dios.


Estas situaciones se dan  porque las cárceles a lo largo del tiempo se han ido convirtiendo en depósitos de seres humanos y escuelas del crimen. La cárcel como tal no rehabilita, siendo una de las razones más graves la sobrepoblación existente.

La cárcel es un lugar que excluye, porque por su realidad actual ocasiona que existan dentro de ella grupos vulnerables y excluidos: enfermos de VIH y TB, adultos mayores, mujeres con hijos, enfermos psiquiátricos, jóvenes primarios,… que necesitan una urgente atención acorde con su realidad.

Es necesario también prestar atención al personal penitenciario que muchas veces es el primero en ver sus derechos laborales vulnerados, con remuneraciones mínimas, con poca capacitación para llevar adelante un trabajo tan delicado y, por lo tanto, es muy difícil que se puedan brindar un servicio de calidad.

“Acuérdense de los presos como si ustedes estuvieran presos con ellos” (Hebreos 13, 3) es una verdadera exigencia que clama al cielo y tiene muchos testimonios en la solidaridad que viven muchos encarcelados entre ellos y ellas y estamos llamados a vivirla quienes creemos en el Dios de la Vida.

Como Iglesia, nos sentimos comprometidos en la humanización del sistema penitenciario.
Escuchar el clamor de tanta gente que sufre, transmitir que es posible tener otro tipo de relaciones humanas, donde exista la confianza, la solidaridad, la preocupación por el otro. Como Iglesia, estamos llamados a ser signos de una fraternidad que es posible y palpable.

Como sociedad en su conjunto, necesitamos seguir aportando a la eficacia del sistema penitenciario para que contribuya a la humanización de la realidad de las personas que se encuentran recluidas en los penales y que sea impulsor de sus procesos de inclusión.

Sí, la cárcel es una realidad que nos cuestiona y que no podemos dejar pasar. La cárcel debe dejar de ser un lugar de exclusión.  Hoy se siente latente las palabras del Dios de la Vida: “¿Dónde está tu hermano…?” (Gn. 4, 9).

“Acuérdense de los presos como si ustedes estuvieran presos con ellos” (Hebreos 13, 3).
Este mensaje hecho realidad es lo que hará posible una sociedad mejor y que sea posible la rehabilitación de las personas encarceladas.

Este mensaje ya lo están viviendo muchos hombres y mujeres de nuestro Perú porque creen en la vida, en el Dios de la Vida y en cada persona. ¿Quieres ser tú también testigo de vida y esperanza? Te convocamos que así sea.






Mons. Pedro Barreto Jimeno, SJ
       Arzobispo de Huancayo
Obispo Monitor de la Pastoral Penitenciaria
de la Comisión Episcopal de Acción Social 

martes, 3 de julio de 2012

Comunicado de los Religios@s del Paraguay CONFERPAR


La Conferencia de Religiosos del Paraguay (Conferpar) ha criticaba la manipulación de los medios de información “por sectores que buscan provecho político, impunidad y de mantenimiento de estatus que beneficia sus intereses personales o corporativos”.
Después de conocida la muerte de campesinos y policías en la Estancia Campos Morombí, acaecida el 15 de junio, que desató la destitución de Lugo, la CONFERPAR difundió el siguiente pronunciamiento:

 
Ante las gravísimas derivaciones que han tenido y están teniendo los trágicos acontecimientos de muerte de campesinos y policías en la Estancia Campos Morombí, con el subsiguiente sometimiento a juicio político del Presidente de la República, y sus consecuencias para el presente y el futuro de la vida social y política de la nación, la Junta directiva de la Conferencia de Religiosos del Paraguay (CONFERPAR), manifiesta cuanto sigue:
 
Desde nuestra visión cristiana el uso de la violencia y el crimen nunca serán aceptables como medio para alcanzar reivindicaciones ni defender intereses. Lamentamos la muerte de los campesinos y los policías y abogamos firmemente por el esclarecimiento de estos hechos, mientras animamos a todos  a seguir trabajando por la paz como verdaderos hijos de Dios, reafirmamos que la paz querida por Dios no vendrá del ocultamiento de los problemas sino como fruto de una auténtica  justicia social. 

Vemos en la raíz de estos hechos la complicidad de los tres poderes del estado, en el abandono de una reforma agraria integral, en no haber enfrentado el problema de la distribución de la tierra, sometida hasta ahora al acaparamiento, a la irregularidad, a la posesión mal habida; en el encubrimiento sistemático de estos problemas por parte de la justicia y el parlamento.  Mientras los tres poderes del estado no den una respuesta seria y concertada a este problema, seguirán cargando sobre sus espaldas con la responsabilidad de la violencia que se genera al buscar salidas bajo presión con sus impredecibles  consecuencias.

Nos llama poderosamente la atención la rápida reacción de los partidos políticos y sus representantes que han acordado impulsar el juicio político del presidente en las dos cámaras del Congreso de la Nación, que aún siendo un procedimiento constitucional, se aplica y se procede de tal forma, que crea fundadas sospechas de manipulación, afectando gravemente al proceso legítimamente instaurado por elección popular, como si esta fuera la salida a nuestros problemas y como si hubiera una responsabilidad unilateral de los hechos graves que atentan contra nuestra convivencia.

Vemos con preocupación la manipulación de los hechos, a través de muchos de los medios de comunicación, por sectores que buscan sacar provecho político, réditos de impunidad y de mantenimiento de un estado de cosas que favorece a sus intereses personales o corporativos. Vemos a los partidos políticos más preocupados con defender sus cuotas de poder y con el reparto de cargos, que buscando una verdadera respuesta a los problemas que padecemos. Vemos como una falta de respeto a la vida y la dignidad humana que se usen los hechos de muerte entre hermanos para crear un clima de inestabilidad, para estigmatizar a campesinos y criminalizar sus organizaciones, para exasperar a policías y militares, instaurando un ambiente de terror para disuadir y desmovilizar a los ciudadanos indignados.

Sorprende que los mismos parlamentarios, hace poco tiempo desprestigiados por sus bochornosos procedimientos ante los reclamos de la ciudadanía, son ahora los que acusan y se erigen en jueces absolutos, apareciendo como los defensores de la Patria. Nos da que pensar que con todo esto, no casualmente, desaparezcan del horizonte los cuestionamientos que han surgido de la ciudadanía a las listas sábanas, el pedido de juicio político a los miembros de la Corte, los tímidos avances para la implementación del impuesto a la renta personal. 

Como parte de la Iglesia que peregrina en Paraguay, respondiendo a nuestro compromiso con Dios y con su pueblo, invitamos a todos a participar con responsabilidad personal e institucional en la construcción de un estado de derecho basado en la justicia social, en la inclusión de todos los compatriotas, en el respeto a la voluntad popular, integrados a la marcha democrática de las naciones vecinas.

Nos sentimos parte de una Iglesia comprometida con la paz que brota de la justicia, que abraza con especial predilección a los más  desfavorecidos, e invitamos a todos los sectores sociales a poner lo mejor de nosotros en la tarea de construir un país de hermanos, a trabajar por una mayor equidad en la distribución de los bienes, hacia un futuro promisorio.

Por la Junta directiva:             
                           Hermana Venancia González, FMA.
        Padre José Ramón Torre-Marín, SS.CC.
        Padre Alberto Luna, SJ.
        Hermana María Elisa Ortiz, HC.
Padre Walter Jara, SDB.
Padre Federico Gayoso, TOR.
         Padre Pedro Jubenville, CSSp.