martes, 18 de marzo de 2014

CAÍN PORQUÉ MATAS A TU HERMANO

El 14 de marzo de 2014, nos conmovíamos ante otro asesinato.  Ezequiel Nolasco, ex consejero regional de Ancash era víctima de un sicario. A este hecho se unían muchos que han sido víctimas de la violencia asesina, que no sólo hace desaparecer a los opositores, sino a toda persona que busca que se obre rectamente como Dios lo quiere.

Caín en la biblia, es el varón que cabizbajo medita, planea y ejecuta el crimen en contra de su hermano Abel, porque era grato a los ojos de Dios.

Hoy Caín, planifica el crimen que queda impune contra el varón, dirigente civil, político o la dirigente, abogado o fiscal,  o el ciudadano de a pie, que quiere obrar rectamente ante Dios y ante la sociedad. Intereses oscuros que se mueven en el anonimato hace que la sociedad se sumerja en un temor frente al poder oculto de la muerte.

¿Hasta cuándo podemos vivir en la oscuridad, sin que la verdad salga a la luz?
La sociedad en general y como creyentes, no podemos quedar indiferentes ante tanta impunidad, crimen, indolencia e indiferencia de algunos.

El pueblo está escuchando la voz de Dios, que nos sigue preguntando como a Caín ¿Dónde está tu hermano? No podemos seguir con la indolencia ni la dureza de corazón de Caín respondiendo: No lo sé ¿soy acaso el guardián de mi hermano? (Gen 4,9)

Este llamado de nuestro Padre Dios se dirige a todos para ser guardianes de la vida y de la protección de unos a otros. No se puede tolerar que se siga derramando la sangre de inocentes, ni que se siga con el manto de la impunidad frente a poderes ocultos que quieren sembrar el terror, el miedo.

Dios nos ha creado a todos a su imagen, para que amemos y respetemos la vida, como don que viene de Él. Todos estamos llamados a defender el sagrado derecho a la vida.

Sólo en la unidad, la confianza y la fortaleza de la institución civil, cultural, política, religiosa podemos ser defensores y guardianes de nuestros hermanos. Aún hay fuerza, valor y firmeza de defender la vida.

Que la fe y la esperanza no se apague, sino que nos anime a buscar en la organización de todo el pueblo que cree, ama y defiende la vida de ser testigos de aquel que nos sigue diciendo: No teman pequeño rebaño. “El ladrón va al rebaño únicamente a robar, matar y destruir. Yo he venido para dar la vida a todos y para que la tengan en plenitud” (Jn 10,10)

Construyamos una sociedad fraterna y reconciliada para vencer la muerte y la impunidad, con la clara convicción que la Paz es fruto de la justicia, del amor y del respeto por la vida, don de Dios.

Fr. Héctor Herrera, O.P.
Promotor de Justicia y Paz.
Provincia San Juan Bautista del Perú.

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