A 6 años del Informe Final de la CVR
“Llévale esta carta, ¡es mi amigo!, éramos vecinos. Cuando éramos niños jugábamos juntos. Debe acordarse de mí… Hoy, él es una persona importante, se junta con gente importante. Yo no… yo estoy aquí ¡Espera!, mejor no. No le des la carta, tal vez ya no me recuerde. No le digas nada. No hagas nada. Déjalo. (diálogo con un interno del penal)
“Llévale esta carta, ¡es mi amigo!, éramos vecinos. Cuando éramos niños jugábamos juntos. Debe acordarse de mí… Hoy, él es una persona importante, se junta con gente importante. Yo no… yo estoy aquí ¡Espera!, mejor no. No le des la carta, tal vez ya no me recuerde. No le digas nada. No hagas nada. Déjalo. (diálogo con un interno del penal)
¿Por qué nuestras relaciones entre peruanos y peruanas, entre hermanos y hermanas son así?, ¿por qué no nos sentimos iguales unos y otros, todos con todos?, ¿por qué sentimos, por qué pensamos que en el Perú algunas vidas, alguna gente, vale menos?
Porque desarrollar relaciones de igualdad aún sigue siendo un desafío, porque construir un país de iguales, que se reconoce positivamente como multiétnico, pluricultural y multilingüe, sigue siendo el horizonte de la reconciliación nacional; y ésta es una tarea pendiente. Sí, la reconciliación nacional entendida como lo ha planteado la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR): la ciudadanía plena para todos los peruanos y peruanas, la construcción de un nuevo pacto social en el país.
¿Algún cristiano o cristiana, ciudadano(a), podría decir que el trabajo post CVR, no tiene nada que ver con su vida y con su vocación cristiana; que reconstruir el país, después de una tragedia tan grande como el conflicto armado interno, no es su tarea, y que es tarea sólo del Estado?
Seis años han pasado desde que la CVR entregó al país su Informe Final (IF) proponiéndonos pautas para la reconciliación nacional y aún muchos siguen creyendo que ese valioso trabajo no fue más que una “casería de brujas”, una morbosidad; y, que la reconciliación se reduce únicamente al perdón que las víctimas deben a sus victimarios.
El IF y sus conclusiones y recomendaciones nos compete a todos y todas, a quienes trabajamos desde nuestros espacios particulares por la paz; basada en el establecimiento de relaciones justas y fraternas, y en el reconocimiento de la dignidad de todos(as). No sigamos creyendo que es mejor dejar pasar más años, dejar que otros hagan. Dejemos de decir cada día: mejor no, no digas nada, no hagas nada, déjalo ahí…
- Silvia Alayo Dávila, Comisión de Justicia Social
Publicado en La Industria de Chimbote, 30 de Agosto 2009
Para leer el Informe Final y más información sobre la CVR en su página web, haz clic aquí.
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